martes, 9 de diciembre de 2008

Presentación del la Revista Conceptual



Hay una conferencia de Joyce del año 1907, sobre el poeta James C. Mangan, en la cual da una clave de la finalidad de su método. Dice que las masas aprecian a los poetas que “expresan” y dan “fuerza” a su época, pero que son “incapaces –las masas- de valorar una obra de verdadera autorrevelación”. En esta frase está lo que Joyce pensaba que era una obra: era la auto-revelación de quien la escribía, no en la comunicación con quien la leía. (…) La obra de autorrevelación, con sus artificios, es la autorrevelación de ese espíritu que es un goce sutil que en la soledad del lenguaje descubre el trayecto, el método, capaz de resonar en otros y que bien podría designar como la ‘soledad sonora’ del sinthoma. (…)
La paradoja del hombre de gusto, como la de cada psicoanalista, no sería diferente a la del que consagrase su soledad a proseguir, según el método de Joyce, el Finnegans.
Germán García “¿Joyce estaba loco?”,Conceptual Nº 9, APLP, 2008